Una nueva investigación publicada en Sports Medicine desafía la creencia arraigada de que las fluctuaciones hormonales son el principal impulsor de la confusión mental en las mujeres. Si bien las hormonas sí influyen en la función cognitiva, el estudio revela que la actividad física tiene un impacto mucho más significativo y consistente en la agudeza, la concentración y el tiempo de reacción.
El estudio: seguimiento del cerebro, las hormonas y el movimiento
Los investigadores siguieron a 50 mujeres de entre 18 y 40 años en todas las fases de su ciclo menstrual: menstruación, folicular, ovulación y lútea. Los participantes se sometieron a pruebas cognitivas que midieron el enfoque, la atención, el tiempo de reacción y las tasas de error, al mismo tiempo que rastrearon su estado de ánimo y sus síntomas físicos. Fundamentalmente, las mujeres fueron divididas por nivel de actividad, desde atletas sedentarias hasta atletas de élite, para evaluar cómo el fitness interactúa con el rendimiento cognitivo.
El hallazgo clave: el movimiento triunfa sobre las hormonas
Los datos mostraron un pequeño beneficio cognitivo durante la ovulación, cuando el estrógeno alcanza su punto máximo, lo que se alinea con el papel conocido del estrógeno en el apoyo a la plasticidad cerebral y la comunicación neuronal. Sin embargo, el efecto mayor fue el enorme impacto del movimiento. Las mujeres activas superaron consistentemente a las mujeres inactivas en tareas cognitivas, independientemente de la fase de su ciclo. De hecho, la diferencia entre participantes activas e inactivas fue mayor que cualquier variación relacionada con cambios hormonales.
Más de la mitad de las participantes creyeron que su rendimiento mental disminuía durante la menstruación, pero los datos no respaldaban esta percepción. Esto pone de relieve cuán fuertemente la experiencia subjetiva y el condicionamiento social pueden moldear la forma en que las mujeres interpretan su propia función cognitiva.
Por qué funciona el movimiento: la conexión cerebro-cuerpo
El ejercicio no se trata sólo de salud física; es un potente refuerzo cerebral. Aumenta el flujo sanguíneo, el suministro de oxígeno y la producción de factores de crecimiento que mejoran la comunicación neuronal. También reduce la inflamación, equilibra los neurotransmisores y fortalece la función ejecutiva: el centro de control del cerebro para la concentración, la planificación y la velocidad de reacción.
La actividad física regular parece proteger al cerebro de los picos y caídas hormonales, reforzando su resiliencia. Incluso un breve estallido de movimiento (15 minutos o menos) puede agudizar la atención y mejorar el tiempo de reacción.
Conclusiones prácticas para la vida diaria
- Prioriza el movimiento diario: No necesitas entrenamientos intensos. Una caminata rápida, un flujo de yoga o una sesión de levantamiento de pesas de 20 minutos pueden marcar una diferencia significativa.
- Desafía tus suposiciones: Si te sientes mentalmente confuso en ciertos momentos del mes, no culpes automáticamente a las hormonas. El movimiento suave podría ser el reinicio rápido que tu cerebro necesita.
- Reformule los “días libres”: en lugar de ver ciertas fases del ciclo como períodos inevitables de deterioro cognitivo, considere realizar un seguimiento de los niveles de energía, la calidad del sueño y los patrones de actividad para obtener una imagen más completa.
- Haz un seguimiento de cómo te sientes, no solo de tu ciclo: La experiencia subjetiva importa. Controle su energía, estado de ánimo y concentración junto con las fluctuaciones hormonales.
El resultado final
Si bien los cambios hormonales influyen en la función cognitiva, no son el factor dominante. La actividad física es una forma mucho más confiable y constante de agudizar la mente, aumentar la concentración y superar la confusión mental, sin importar en qué etapa de tu ciclo te encuentres.
La próxima vez que tengas la tentación de saltarte tu entrenamiento, recuerda que el movimiento no sólo beneficia a tu cuerpo; Mantiene su cerebro resistente, estable y en su mejor estado, independientemente de las fluctuaciones hormonales.
